El gran engaño sobre los tampones y las compresas

Gracias a la educación sexual que se imparte en la mayoría de los colegios, las niñas llegan a la pubertad con cierto conocimiento sobre la menstruación. Llega un día en que empiezas a sangrar y…¡Tachán, ya eres mujer! En la escuela nos han explicado el por qué, el cómo, las causas y las consecuencias de la menstruación. Con las amigas complementas esta información y este proceso hacia esta nueva etapa de tu cuerpo. Y los anuncios en la tele, la publicidad en los puntos de venta y las estanterías de los súpers te inducen a comprar ciertos productos para lidiar con el sangrado mensual. Parece que estamos muy bien informadas. Y desde jovencitas usamos compresas, tampones y protegeslips confiando plenamente en esas publicidades que muestran productos ideales y chicas estupendas en pleno periodo menstrual.

¿Pero cuántas niñas, jóvenes y mujeres han recibido información o educación sobre la composición de estos tampones y compresas? ¿De qué están hechos? ¿Son saludables? ¿Pueden afectar a mi salud? ¿A mi fertilidad? ¿A mi vagina? ¿Puedo confiar ciegamente en estas multinacionales que me venderán al largo de mi vida unos 20.000 productos de higiene íntima?

Curiosamente, cuando compramos comida estamos acostumbrados a leer los ingredientes. Y en base a ello, podemos escoger uno o otro. Cuando estamos enfermos, un médico con diez años de estudios a sus espaldas nos receta un medicamento, o confiamos en el criterio de un farmacéutico para males menores. Pero cuando tenemos la regla, no peguntamos, no nos informamos, nos ponemos dentro de nuestro cuerpo algo que desconocemos porque la normativa vigente no obliga a las empresas a informar de la composición de estos productos. Pueden llevar lo que sea. Tu nunca lo sabrás.

¿Y de qué están hechos las compresas y los tampones? La mayoría de las mujeres desconcen la respuesta a esta pregunta. Como son de color blanco, suponen que son de algodón. Pero no es así. Las compresas y tampones de las marcas más conocidas suelen ser una mezcla de pulpa de celulosa, plásticos y fibras sintéticas, como el rayón y la viscosa. Cuando estos sintéticos entran en contacto con el cuerpo pueden crear condiciones desfavorables que conducen a alergia, irritación e incomodidad.

Si alguien me pidiera que me introdujera en la vagina un trozo de plástico tratado químicamente siete días a la semana cada mes durante años le diría que ni loca lo haría. Y sin embargo, lo he hecho, y seguramente tú también.

Por desconocimiento. Porque nadie me había informado. Porque no existe educación sobre este tema. Ahora sé que los tampones pueden contener dos substancias potencialmente peligrosas y perjudiciales para la salud:

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  • El DIOXIN,  un producto químico que se utiliza para blanquear que es cancerígeno y tóxico para los sistemas reproductivos. Se le asocia a la endometriosis y a la alteración del sistema inmunológico. Según la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de los EE.UU,  los niveles de dioxina en el algodón y rayón usado por las cuatro principales fábricas americanas de tampones son casi ‘inapreciables’. Pero están ahí. 
  • La VISCOSA ó RAYON, una sustancia altamente absorbente que puede ser peligrosa porque cuando las fibras de los tampones quedan dentro de la vagina (suele pasar porque la mayoría de los tampones no disponen de velo de seguridad), esto puede llegar a crear un terreno de reproducción de DIOXIN y puede favorecer la aparición del TSS (Síndrome del Shock Tóxico).

Sabemos que el algodón es la mejor opción para los productos de higiene íntima porque es transpirable, hipoalergénico y compatible con el pH de la mujer. Pero cuidado, el algodón cultivado convencionalmente es uno de los cultivos con más pesticida en la agricultura comercial. Frente a ello, siempre será mejor usar algodón ecológico, también denominado en algunos países algodón orgánico, porque ha sido cultivado sin la utilización de pesticidas o fertilizantes químicos. Es por ello que el algodón ecológico tiene un menor impacto en el medioambiente. Sin embargo, ¿cómo puedo saber si un tampón o compresa es de algodón ecológico? Es fácil: en la caja tiene que estar indicado y para más seguridad, CERTIFICADO por un organismo internacional. Sólo así sabrás exactamente qué estás introduciendo en tu cuerpo.

Ejemplos de certificaciones que aseguran la cualidad ecológica de los productos de higiene femenina

  algodón ecológico certificado       algodón ecológico certificado            garantía Gu prodcutos ecológicos

El gran engaño en la higiene femenina íntima es no haber proporcionado este tipo de información  a la mujer para que, almenos, pueda escoger con criterio y pleno conocimiento. El gran engaño es que, algo que parece algodón y hasta lo llamen algodón, no lo sea. El gran engaño es que no sea OBLIGATORIO informar de qué están hechos los productos que nos venden, ni que ninguna normativa nos proteja de ciertos ingredientes demostradamente peligrosos. El gran engaño es que miles de mujeres estén padeciendo problemas de salud y fertilidad en beneficio de multinacionales que, contrariamente a lo que pregonan en sus anuncios, lo que menos les importa es tu salud.